viernes, 20 de enero de 2012

Recordando

ADOLF ANDERSSEN
(1818-1878)
Adolf Anderssen nació el 6 de julio de 1818 en Breslau, una de las ciudades alemanas con el ambiente intelectual y económico más estimulante al que podría aspirar un ajedrecista de principios del siglo XIX. El joven Adolf aprendió a jugar al ajedrez de la mano de su padre a la edad de nueve años, y desde entonces este juego se convirtió en su principal interés. Desde el punto de vista personal, Anderssen fue descrito por sus coetáneos como un hombre alto, corpulento, de potente voz, siempre sonriente y de trato amable.
En esa época, todavía no se habían celebrado los grandes torneos de finales del siglo XIX, y la actividad ajedrecística en cualquier lugar del mundo se caracterizaba por un relativo aislamiento. Cuando Anderssen empezó a trabajar sobre el ajedrez todavía no había casi torneos ni relojes de ajedrez, apenas alguna revista especializada faltando, incluso, reglas bien establecidas que tuvieran en cuenta todas las posibles incidencias durante una partida. Sin embargo, cuando nuestro héroe murió en 1878, el ajedrez ya había iniciado un camino sin retorno hacia el lugar que ocupa en la sociedad actual.
Durante su período de formación ajedrecística, en su juventud, Anderssen tuvo frecuentes contactos con algunos de los más célebres ajedrecistas alemanes de la época: Bledow, von der Lasa, Mayet y Loewenthal, entre otros.
Anderssen se dió a conocer al mundo del ajedrez, en primer lugar, como compositor de problemas. En 1842 se publicó una colección de sus problemas, aunque apenas era conocido como jugador por aquel entonces. Era el periodo de tiempo inmediatamente anterior a los grandes torneos internacionales, y no era fácil ganarse una reputación. Anderssen alcanzó la fama al desafiar y derrotar a todo aquel a quien tuviera a su alcance. En 1846, cuando se publicaron en Alemania las primeras revistas de ajedrez, Anderssen colaboraba con las tareas de edición del Del Deutsche Schachzeitung y uno de los maestros más reconocidos de su país. En torno a 1851, Anderssen estaba considerado como el mejor de Alemania. Desde los días de Philidor, los ajedrecistas franceses e ingleses dominaron el mundo del ajedrez. Después llegó el Torneo Internacional de Londres de 1851, considerado como el bautismo del ajedrez moderno. En esa fecha se disputó en Londres un torneo internacional de ajedrez junto con la exposición internacional que se realizó en la capital británica. Anderssen ganó el primer premio haciendo gala de un estilo espléndido, y fue universalmente reconocido como el mejor maestro de ajedrez del mundo. Aunque el título de Campeón del Mundo aún no se había instituido, se puede considerar a Anderssen como el primer campeón mundial de la era moderna.
A pesar de su enorme talento y de la gran admiración que despertaba en su época, Anderssen pasaba por ser un hombre modesto, que vivió soltero toda su vida completamente entregado al ajedrez y a las clases de alemán y matemáticas que impartía en un instituto de educación secundaria de Breslau.
Respecto de su carácter es ilustrativa la anécdota que relata Zoilo Caputto en su maravilloso libro “El arte del estudio de ajedrez”: 



Anderssen, A - Kieseritzky, L [C33]

London, 1851

1.e4 e5 2.f4 exf4 3.Ac4 Dh4+ 4.Rf1 b5 5.Axb5 Cf6 Algunas fuentes muestran un orden distinto en las primeras jugadas 6.Cf3 Dh6 7.d3 Ch5 Amenaza Cg3 y además apoya el peón de f4 8.Ch4 Dg5 9.Cf5 c6 10.g4 Este tipo de jugadas hacía la delicia de los ajedrecistas de hace ochenta años, y, por que no decirlo, también agrada a la multitud de aficionados de hoy en día, que buscan más la belleza que la corrección fría de la técnica. 10...Cf6 11.Tg1 cxb5 12.h4 Dg6 13.h5 Dg5 14.Df3 Cg8 Única para salvar la dama 15.Axf4 Df6 16.Cc3 Ac5 17.Cd5 Anderssen sigue la magnífica combinación que empezó en la jugada 11 y ahora define la partida de impresionante manera. Pero es evidente que la desproporción de material en acción debe dar sus frutos. 17...Dxb2 18.Ad6 Axg1 [18...Dxa1+ 19.Re2 Dxg1 20.Cxg7+ Rd8 21.Ac7#; 18...Axd6 19.Cxd6+ Rd8 20.Cxf7+ Re8 21.Cd6+ Rd8 22.Df8#] 19.e5 Dxa1+ 20.Re2 Ca6 21.Cxg7+ Rd8 22.Df6+ Digno y magnífico broche final 22...Cxf6 23.Ae7++
Las blancas han dado mate con sólo tres piezas menores y poseen nada menos que dos torres, la dama y un alfil de menos, pero las piezas valen por lo que hacen y no por su simple existencia. La partida es sin duda notable, pero los errores de planteo han sido muy graves por parte de Kieseritzky. Con sólo seguir con la jugada lógica 5...Ag7 en la apertura, en lugar de incurrir en el error de encerrarse la dama con el caballo, nada habría pasado. Pero esto no atenúa el mérito de Anderssen, que explotó de la manera más espectacular posible los yerros de su rival. 1-0

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